Las algas marinas son consideradas por los japoneses como el antioxidante por excelencia de su gastronomía. Muchos médicos utilizan su pulpa para retrasar el envejecimiento de la piel y para controlar el estrés. Por si esto fuera poco, te presentamos 5 razones para incorporar las algas a tu dieta de forma habitual:
Favorecen el proceso digestivo: Los investigadores de la Universidad de Newcastle han demostrado que el alginato, una sustancia que se encuentra en las algas pardas, fortalece la mucosa intestinal (que protege el revestimiento del intestino). Y por otra parte las algas tienen un índice glucémico muy bajo y son también muy ricas en fibra.
Mantienen el equilibrio hormonal: Las algas tienen una gran concentración de “lignanos”, unas sustancias vegetales que se convierten en fitoestrógenos en nuestro organismo. Los lignanos ayudan a bloquear los productos químicos estrogénicos que pueden predisponernos a sufrir cánceres como el de mama.
Ayudan a eliminar toxinas: Muchos estudios y experimentos han demostrado que las algas son un excelente desintoxicante contra las partículas radioactivas y el cadmio, presente en el humo de los cigarrillos y en la contaminación de nuestro entorno cotidiano.
Buenas para el corazón: una investigación de la Universidad de Kioto ha demostrado que las fibras de las algas marrones ayudan a disminuir la presión arterial y reducen el riesgo de ictus en animales con predisposición a sufrir problemas cardiovasculares. Otro estudio realizado durante 25 años entre los habitantes que tienen la mayor esperanza de vida en el mundo, los de Okinawa en Japón, demostró que las algas que consumían en su alimentación cotidiana jugaban un papel fundamental para que éstos se vierán muy poco afectados por enfermedades cardiovasculares como la aterosclerosis.
Nos mantienen en forma: las algas poseen una concentración de minerales que es imposible de encontrar en los vegetales que normalmente consumimos. Todas las algas sin excepción tienen muchas y muy interesantes propiedades nutricionales.
Anímate a probarlas, hay muchos tipos diferentes (wakame, agar-agar, nori, spirulina…) y mil maneras de cocinarlas. Aquí algunas ideas 🙂
Pan de cebolla y algas / Merluza rellena de gambones y algas wakame / Sopa de miso / Judias azuki con sofrito de verduras / Albóndigas de mijo y algas / Fideuá con pimiento rojo, alga komnu y cúrcuma